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El hombre del sombrero

Ponencia de Emilio Calatayud Pérez poniendo el dedo en la llaga, que ya va bien...

Se puede estar o no de acuerdo con este juez de menores de Granada (yo, de hecho, comparto el tono de la ponencia en términos generales pero no me siento cómodo con algunos de sus comentarios en algunos temas, por ejemplo el sexual), pero lo que es innegable es que su discurso hace subir los colores al sistema, a la sociedad, sociedad que, como muy bien apunta él, no es un elemento abstracto, sino un cuerpo que formamos todos nosotros y de la cual todos nosotros somos responsables.

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Su discurso va en la dirección de aclarar la problemática de la educación, tanto escolar como familiar, de los chavales de hoy, los adultos de mañana, pero los temas que pone sobre la mesa y las soluciones que propone son extrapolables a la mayoría de dificultades por las que pasa nuestra sociedad hoy día, presa de una crisis de valores y de una falta de valentía generalizada de tomar las cosas por lo que son y de llamarlas por su nombre. Vivimos una realidad en la que los discursos políticamente correctos impiden tratar los temas a fondo y hallar soluciones reales a los problemas reales. Pensad por unos segundos el montón de fallos que tiene nuestro sistema y que cualquier ciudadano de a pie puede ver y que, sin embargo, los políticos (de cualquier signo) suelen esquivar enfocándolos desde la clave electoralista, usease hablando mucho y diciendo muy poco. Bien, pues esta ponencia que os hago llegar desde aquí escapa a ese perfil tedioso de los discursos políticamente correctos, cosa que, personalmente, creo que es muy, pero que muy, de agradecer.

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A mí me pasó estos vídeos un amigo cantante que por ahora trabaja de maestro y me han parecido muy interesantes, por lo que he creído oportuno hacéroslos llegar. Son algo largos (unos veinte minutos en total), pero el fin de semana deja huecos para ver este tipo de cosas y poder reflexionar sobre ellas. Además, Emilio Calatayud Pérez, que así se llama este hombre, tiene un discurso equilibrado en el que combina humor y seriedad con un ritmo oratorio muy pegadizo y nada monótono. Con deciros que es muy posible que se os haya hecho más pesada esta introducción mía que los vídeos en sí… 

O sea que ya me callo para que podáis disfrutar de ellos.

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