Reflexión sexta (tema Fidel Castro)
Cualquier totalitarismo me provoca animadversión, pero me duelen mucho más cuando encima se venden promesas de libertad a cambio de cerrar el pico y cuando se iguala a la sociedad, sí, pero “por abajo”, alejando cada vez más a los ciudadanos de las élites que, hipócritamente, se aprovechan del sistema creado a imagen y semejanza de sus mentiras. Todo lo bueno que pudo ofrecer Castro a la sociedad en su momento lo malvendió al convertir lo que debía ser un viaje colectivo en una cruzada individual y obstinada contra el capitalismo.
Esperemos ahora que Cuba cubra esta etapa y encuentre una vía en la que desarrollarse socialmente. Eso sí, sin tener que caer presa de EEUU, que está frotándose las manos, a la espera de poder enviar algún caballo de Troya entre los que desembarquen en el futuro en la isla para reincorporarse a su rutina gubernamental. Por último, me encantaría que en el proceso de desfidelización Cuba encuentre manos extranjeras (entre ellas alguna española) que se ofrezcan a ayudar sin el único interés económico de posicionarse bien en la apertura al capitalismo de la isla, aunque soy bastante pesimista al respecto y creo que todo el mundo está, como buitres, a la espera de poder sacar tajada con todo esto.
Desde aquí, mucha suerte a la ciudadanía cubana.