Por Eau de Sabine, siempre agradecido
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El texto que os presento a continuación es un homenaje que hace un tiempo le hice al genio de Úbeda, Joaquín Sabina. No me extenderé demasiado en explicaciones, ya que la introducción al texto da las claves suficientes para entender el proyecto. Únicamente comentaré que este texto me dio muchas alegrías en su momento y que culminó sobradamente las expectativas iniciales puestas en él, llegando a su destino y volviendo con algunos guiños bajo el brazo (quizás algún día contaré esa rocambolesca historia).
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Por eso siento, desde hace algún tiempo, que es el momento de devolver a este texto lo que en su día me regaló intentando canalizarle una salida honrosa al exterior, dándole la oportunidad de mostrar su mejor cara. Algún paso he dado ya en este sentido y algunos pasos más quedan por hacer (habrá que pensar en algún pps o algún experimentillo con el Premiere para YouTube, por ejemplo). Pero hoy toca presentarlo en el blog, ¡y con toda la ilusión del mundo!
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Es un poco largo, por lo que hay faenilla, pero creo que puede valer la pena. Ah, por cierto, a los que puedan pensar que esto no es más que una freackada sólo puedo decirles: "posiblemente tengáis razón y sea una freackada, pero es mi freackada y me reconforta haberla llevado a cabo". Muchas gracias de antemano por vuestra atención y vuestra comprensión. Os dejo con el texto.
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Eau de Sabine
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o 237 asabinados versos, bastardos de tu buena letra
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“EAU DE SABINE” ES UN POEMA, UN CUENTO, UNA CANCIÓN, UN… LLAMÉSMOLE X, CONSTRUIDO A PARTIR DE LA OBRA DE JOAQUIN SABINA. NACIENDO A VECES DEL TÍTULO, OTRA VECES DEL ESTRIBILLO, OTRA VECES DE ALGÚN VERSO SIGNIFICATIVO, CADA LÍNEA SE REFIERE A UNA CANCIÓN DEL ARTISTA DE ÚBEDA. PARTIENDO INICIALMENTE DEL MATERIAL QUE SE LE RECONOCE COMO SUYO EN SU LIBRO “CON BUENA LETRA” Y AÑADIENDO POSTERIORMENTE LAS CANCIONES SACADAS TRAS LA PUBLICACIÓN DE DICHO LIBRO, ESTE TEXTO PRETENDE SER UN HOMENAJE A AQUEL QUE LO INSPIRÓ, QUE NO ES OTRO QUE JOAQUÍN SABINA, ASÍ COMO UN LUGAR DE ENCUENTRO PARA TOD@S AQUELLOS QUE ENCONTRAMOS EN SU OBRA UN LUGAR DESDE EL QUE OBSERVAR EL MUNDO. POR ESO PIDO A LOS QUE LEAN LO QUE VIENE A CONTINUACIÓN QUE SE LO TOMEN MUY SERIAMENTE, COMO SI FUERA UN JUEGO, UN JUEGO EN EL QUE INICIALMENTE PUEDEN SER LECTORES Y POSTERIORMENTE, SI CREEN QUE LES VALE LA PENA, COMUNICADORES, YA QUE EL QUE SUSCRIBE, EL QUE DEDICÓ ALGUNAS HORAS A ENCONTRAR LA MANERA DE HACER ALGO ASÍ CON UN MÍNIMO DE SENTIDO, ESTARÍA ORGULLOSO DE QUE ESTE TEXTO ESTUVIERA COMPARTIDO POR TODA LA COMUNIDAD SABINERA Y SUS ALEDAÑOS. MUCHAS GRACIAS Y OJALÁ QUE LO DISFRUTEN.
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Dicen que han visto al hombre del traje gris
caminando por calle melancolía,
que ha perdido su mes de abril
en la última noche del decimonoveno día.
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Y en el boulevard de los sueños rotos
Barbie Superstar seca sus ojos
de cuernos, cuernos, cuernos,
de ciegos que juegan a hacerse daño.
Con dos camas vacías
y el corazón cerrado por derribo
mandó el mundo a la mierda
y se fue..... a dónde habita el olvido.
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Pero como dos son mejor que uno
y siempre llueve sobre mojado
dijo él: “yo también sé jugarme la boca”
y ella pensó: “esta boca es mía”.
Y a la sombra de un león
gritarían: “¡semos diferentes!”.
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Dicen que en la última fila del furgón de cola
jugaron esa noche a las noches de boda.
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Al otro lado del charco Dieguitos y Mafaldas
le cantan tangos a Valdano
y matan el hambre con su primo el Nano.
Ya no disfrutan de palco y visa en el Colón,
confundieron estrellas con luces de neón.
Y los que dijeron ayer: “vámonos pal Sur”
ven hoy a sus hijos llorando plástico azul,
tras cantarle el blues del emigrante a su escalera:
“Reconcha, de sobras sabes que eres la primera”.
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Y que no se conviertan en ciudadanos cero,
que crezcan como el joven aprendiz de pintor,
que la negra noche no les convierta en pendejos,
que no pisen demasiado el acelerador,
que aprendan en las rebajas de enero
a evitar a los de “carguen, apunten, fuego”.
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Al mismo tiempo escribe su inventario
un hombre de la calle,
podría ser tu vecino de arriba,
cualquier juez farsante con doble vida.
O algún telespañolito más que al fin y al cabo
no tiene veneno en el corazón,
ni manos de soldado,
él solo quería ser una chica Almodóvar
para tener mil amores eternos,
jugar con su caballo de cartón,
beber güiski sin soda,
cantándole a Tolito a todas horas,
tomando el sol con Eva
mientras ponen una de romanos,
soñar con haber nacido en Chicago,
cerca de Fuencarral,
pedir a la gente que escuche a Pablo,
imaginando al Papa perdonando a Satán...
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Suele recordar: “cuando era más joven,
por 1968,
y rezaba siete crisantemos por mujer,
mi vida era como un bolero triste,
una vieja choza al otro lado del Edén.
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¿No recuerdas los besos con sal que me vendiste?
Los cambié por la torre de Babel.
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Ahora vivo en la república feliz,
como decirte, como contarte,
que porfa: olvídate de mí,
porque ahora, a mis cuarenta y diez,
sé quien es Caín, quien es Abel,
y juro por la Biblia y el Calefón
que nos sobran los motivos,
que cualquier tiempo pasado fue peor.
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Ahora canto el rap del optimista,
sufríamos incompatibilidad de caracteres,
ve con tu mala sombra a otros percebes,
yo ahora soy cantante de autopista,
agarra un taxi y piérdete de vista.
Pero recuerda este delirium tremens:
incluso en estos tiempos, tan fútiles e ínfimos,
somos como el sueño y la sed
grandes enemigos íntimos”.
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Y ella dijo: “Adiós, adiós,
si te he visto no me acuerdo,
aquí acaba esta función.
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Por poner un por ejemplo:
me gustan todos menos tú,
te he dado mil besos de Judas
estoy aprendiendo Kung Fu
para no ser Juana la Loca.
Hay más de mil formas de no quererte.
Bailaré el rocanrol de los idiotas
con el primer Rambo que se me acerque
y pisaré charcos con poca ropa...
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Pero aún lloro en las noches de tormenta,
duele este corazón de contrabando.
Tendríamos familia con perrito,
si no fueras tan, si no fueras tan.....”.
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Se marchó llorando, sin mucho ruido.
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No permita la virgen
que lleguen las seis de la mañana,
te tiren la casa por la ventana
y derrumben tu muro de Berlín.
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Que es mentira que la verdad ofende,
más de cien mentiras lo consienten.
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Que aquí nadie juega por jugar,
los conductores suicidas no son valientes,
basta y sobra con ponerle un par,
porque contigo los males son diferentes
y la vida moderna nos sienta tan mal...
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“Más me hubiera valido saber esto”,
pensó Doña Pura el día que entró
por primera vez en el café de Nicanor
y vio a Rosa de Lima
besando a Lolita en el mostrador.
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Y en la barra a Calixto
enseñando a Lázaro un menester:
juegos de azar de los más variopintos
entre dos amigos y una mujer.
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Y el pequeño aprendiz, pasándolo bien, avisa:
“peligro de incendio.....
¡ya eyaculé!”.
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Sonaba Cecilia de fondo,
como siempre más guapa que cualquiera,
y la canción más hermosa del mundo.....
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Y brindando con zumo de neón
apareció el capitán de la calle,
bien acompañado de Viridiana,
como un explorador en Everest.
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Todos enanitos... él Gulliver.
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Repartió besos en la frente entre los presentes
y se rascó con decoro el huevo de Colón.
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Tarareando el viejo blues de la soledad
llamó con tristeza a Mónica:
“por favor, un traguito más”.
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Y acabaron todos en 40 Orsett Terrace
entonando la canción de los (buenos) borrachos,
recordando fotos en blanco y negro:
“Ahora que..... somos todavía unos muchachos
hagamos de nuestras palabras cuerpos.
Quedaos a dormir,
tengo camas vacías,
al fin y al cabo hay eclipse de mar
y mañana será otro día”.
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Como tomaron pastillas para no soñar
despertaron como un dolor de muelas,
volvían a ser peces de ciudad,
¿hasta cuando adoquines en la acera?
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Las arenas movedizas no son divertidas,
el tratado de la impaciencia es una quimera,
el tango del quinielista nace del alma,
a la orilla de la chimenea de una condena.
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Y si amanece por fin...
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y se acaba la canción de las noches perdidas,
si el pirata cojo se volviera un figurín,
dónde quedarían las adivinanzas,
dónde los palos de ciego,
quién cantará bulerías en las ambulancias,
quién le dirá a la tortuga que corra hacia el cielo.
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Y si vuelven los dragones...
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se cerraría París Boulevard,
y los dulces hoteles y sus habitaciones,
mentiras piadosas pasarían por verdad,
ataques de tos en los corazones
concatenándose a décimas de la oficina,
los ratones coloraos son ratones de piscina
y no salvan a princesas que se ahogan en el mar.
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Pero como esto no es un manual para héroes o canallas
mejor ocupen su localidad,
que les canto los cuentos que yo cuento:
que somos aves de paso,
que donde era un digo se queda un Diego,
que qué demasiao,
que aquí ya no hay pacto entre caballeros,
que estamos locos de atar,
que al grito: “al ladrón, al ladrón”, respondemos todos,
que si aprieta el frío nos calentamos a ostias,
que los perros del amanecer tienen más honra,
que vivimos a mil por hora sin protección,
que como se dice una cosa se dice la o,
que de purísima y oro vestimos las formas
mientras ponemos medias negras a la conciencia.
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Esta noche contigo...
mañana despedida...
a vuelta de correo sellamos la lascivia.
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Pero tú eras una bruja,
yo corazón de neón,
yo conocí a una mujer,
tú te enamoraste de un gorrión.
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“No sabes como te extraño...”
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“Yo también tengo ganas de...”
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Además de egoístas no sabemos perder…
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Pero no más pesimismos,
todavía nos queda una canción de amor,
no podrá lo maldito con la bendita fe,
ni hay semana negra con más de siete días,
hasta la Magdalena conoce su canción,
en la 69 punto G la emitían,
el túnel de tus sueños te devuelve a la vida,
reverdeciéndote la frente marchita,
no te sientas como unos calcetines,
no existe ola de frío que te encoja,
el blues de la soledad no nos mofa,
el peor para el sol nos invita a jugar.
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Y llegó esa mañana una postal de la Habana:
“Eh, Sabina,
a ti que te lo haces,
que te va tan fácil,
te invito a tomar un bombón helado
si me ayudas a convencer a mi Cris Cristina
para que no se marche de mi vida,
y quiera soportar mi rap demoledor,
el viejo tic tac de mi viejo despertador”.
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“Oiga, doctor,
yo me bajé en Atocha,
pongamos que cerquita de Madrid,
ando de vuelta casi por Granada,
con una que se llama Soledad y que me ama
y me susurra en el oído ‘así estoy yo sin ti’.
Qué te puedo yo decir si me han dado las diez
peleándome con mujeres fatal,
ya no me sobran muñecas que regalen besos,
y me plantó la princesita azul.....
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Pero qué hermosas eran...
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Así que para el caso de tu rubia platino
compra violetas, unas velitas y a cenar.
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Sí, buen amigo, esta noche es tu oportunidad.
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Y si llegamos a abuelo octogenario
que sea con seis tequilas de más
y sin números rojos en el alma,
con un ala en Portugal
y la otra en pie de guerra,
nubes negras al desván,
sin semáforos del miedo,
cuatro ducados de más,
blasfemias y sacramentos.
me pido primer para enamorar
las hojas de los libros sin leer
que no guardé en mi caja de Pandora,
con lo que eso duele cuando las horas
anhelan paisanajes del ayer”.
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Ring, ring, ring..... la esperanza llama a nuestra puerta.
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2 comentarios
El hombre del sombrero -
Saludos.
Mara Torres Página no oficial -
Vídeo de la entrevista a Joaquín Sabina en La 2 Noticias
Saludos,
Mara Torres Página no oficial (Labana blog)