Un paréntesis amistoso
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Sé que dije que estaba preparando un post cultural… Bien, no es éste. Aunque no quiero decir que de lo que se habla aquí no sea cultura (el deporte es también cultura, sin duda), vaya a ofenderse aquí mi amigo Raúl Mayor, protagonista de este post. Él es muy culto, muy limpio y muy ambizurdo (esto último es una broma entre nosotros, no le deis más vueltas). Y diréis, ¿de qué conoce este personajucho a todo un campeón de España de salto con pértiga? Hombre, pues porque uno tiene un pasado glorioso en esto del atletismo. Bueno, quizás glorioso, glorioso, no, pero sí significativo y notable (algún día os hablaré de mis hazañas atléticas, por ahora sólo os dejo un anticipo clickando aquí; ah, yo soy el de salt d'alçada masculina).
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Hacía tiempo que no tenía contacto con Raúl (veía más a sus padres que a él), porque él siguió entrenando y yo no, él siguió compitiendo y yo no, el siguió quemando las grasas que consume y yo no... Pero últimamente he vuelto a tomar contacto con el tartán y voy una o dos veces por semana a mover el cuerpo un poco (es bueno para mi colesterol y para mi matrimonio…). Y como él seguía allí, dale que te pego a las abdominales, pues hemos vuelto a unir nuestros caminos (cosa que me alegra mucho, la verdad). En ese proceso de reencuentro nos hemos intercambiado los correos y de vez en cuando coincidimos en el messenger (sin webcam ni nada, eh...).
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Bien, pues en ese punto es donde nace este post, porque anoche, viendo las típicas frases que cada uno se pone en el messenger (un día hablaré de eso, porque hay cada una...) me encuentro al lado de su nombre: POR FIN MI VIDEO EN YOUTUBE! JEJEJEJE. Yo no sabía nada, pero mi curiosidad es elevada, por lo que indagué por YouTube y encontré el que creo que es el vídeo al que se refiere con esa ilusionada frase. Y como me hizo mucha gracia verle ahí, tan fibrado él y tan seriote en lo televisivo (en persona es menos formal, digamos), pues decidí colgarlo en el blog, ¡que pa eso es mío y decido los contenidos!
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Así que nada, si os apetece conocer a mi amigo Raúl sólo tenéis que ver el vídeo que viene a continuación. Ah, está en catalán, pero se entiende bien, porque básicamente hablan de que al pobre chaval le duele la espalda (qué quejica…). Así que os dejo con este pedazo de atleta para que penséis, entre otras cosas, ¿qué hubiera pasado si el hombre del sombrero hubiera seguido entrenando y compitiendo? ¡Pues posiblemente que me dolería mucho la espalda!
2 comentarios
El hombre del sombrero -
Saludos!
Ruth -